¡Hola amigos del mundo del caballo!

Uno sólo, así son el jinete y el caballo. El binomio perfecto, aunque aparentemente fácil de lograr, es el resultado de mucho trabajo, esfuerzo, compenetración y respeto. Hoy os quiero dejar mi experiencia como amazona al formar este maravilloso vínculo que sin duda alguna es la base de esta relación tan sumamente hermosa.

 

El caballo es un animal muy sociable, con gran motivación ante el trabajo, sensible a las emociones y al lenguaje corporal del jinete. Son capaces de sentir el estado de ánimo del jinete percibiendo hormonas que este segrega ante situaciones de frustración y estrés. Un jinete tranquilo inspirará confianza, mientras que uno agobiado causará mucha ansiedad en nuestros amigos cuadrúpedos.

 

Todas estas características aparentemente fáciles de entender, son un poco más complejas y varían de caballo a caballo. Ello contribuye a que el binomio sea siempre una aventura distinta y una amistad que tomará más o menos tiempo de entablar.

 

Una relación quebrantada se reflejará en la práctica del deporte y marcará la diferencia en las competiciones y como no, en el entrenamiento diario.

 

Hay caballos versátiles con los cuales es fácil hacerse y lograr un binomio. Ese es el caso de Duende, este entregadísimo Pura Raza Español al que apodé “Peluche” por su magnífica personalidad. He seleccionado a Duende para estas fotos ya que es un caballo sumamente versátil y con el que sus jinetes y amazonas se sienten a gusto desde el primer día. Sabe perdonar los errores y darlo todo sin la necesidad de exigencias añadidas.

Por supuesto que tiene sus dificultades (como cualquier caballo), pero sin duda nos brindará un rato agradable gracias a la nobleza que le caracteriza. A lomos de él, pocas horas se necesitarán para quererle de verdad y entender lo que es un binomio.

 

Por otro lado, existen caballos más difíciles para lograr una perfecta compenetración. No significa que sean caballos malos ni mucho menos, simplemente tienen características que les convierten en retos más complicados.

 

Algunos pueden ser la consecuencia de malos tratos o un entrenamiento rápido y excesivo. Otros pueden ser el resultado de traumas a manos de jinetes bruscos y despiadados mientras que otros tienen tanta clase que no entienden muy bien el porqué les obligan a hacer algo que “no está en sus planes”. Y como no, si yo pesara 600Kg poco toleraría de un humano de 60Kg… J

 

Es importante no frustrarnos y entender que el binomio se hace con el tiempo, la dedicación, el esfuerzo y la paciencia, ¡¡¡bendida paciencia!!! Debemos tener en cuenta que los animales no siempre entienden nuestras exigencias y que no se sienten igual todos los días. Lo mejor en los días más complicados es decir “no pasa nada, lo intentamos de nuevo mañana…”

En mi experiencia como amazona he tenido de todo. Binomios que logré en las primeras semanas, binomios aparentemente perfectos que un día cualquiera se quebrantaron, binomios que se formaron después de años pero que eran sólidos como la piedra, y así sucesivamente. Cada caballo es un mundo distinto y debemos aprender a entender sus necesidades ya a combinarlas eficazmente con nuestras exigencias.

 

El binomio SI se logra y es sólo cuestión de tiempo y unos buenos hábitos. Es fundamental el respeto, la confianza y la seguridad que deben sentir nuestros caballos cuando les montamos. No es un deporte de dos, somos dos en uno practicando un deporte que debe reflejar armonía, compenetración, complicidad y desparpajo.

 

Todo esto es lo que significa “el binomio”.

 

¡¡¡Nos vemos de nuevo en dos semanas!!!

 

MIL BESOSSSSSSSSSS

 

 

 

 

Créditos:

 

Fotos: Alberto Hernández @Alberto_hndz

 

Makeup & Hair: Sandro Nonna @sandrononna

27 abril 2017 — Astrid Klisans
Etiquetas: ASTRID KLISANS